lunes, 5 de febrero de 2007

Cesare Pavese...."El Oficio de Vivir" y ese gato negro.

Nota del blogista : Quizás buscando protegerme... en este caso “Betty”, (que aún acepta la nombre así), me ha conducido a interiorizarme en la vida de Cesare Pavese, un escritor italiano que se suicido en 1950...
”un caso práctico de los riesgos presentes al buscar mirarme a los ojos... fue un lamentable accidente... yo aún necesitaba siguiera trabajando para mi... pero nada pude hacer y es más... nada, nada tuve que ver...” Betty.

A 57 AÑOS DEL SUICIDIO DEL POETA ITALIANO CESARE PAVESE

Tenía sólo 42 años cuando se quitó la vida en un desolado hostal de Turín. En su cuaderno de notas dejó escrito:
“Todo esto da asco, apesta. Basta de palabras. Un gesto. No escribiré más”.
Las mejores páginas de Cesare Pavese se encuentran en su diario “El Oficio de Vivir”, libro que nos ayuda a reconstruir la historia de un poeta que el 27 de agosto de 1950 fue cautivado por los "Ojos de la Muerte".

(Extracto de diferentes artículos publicados en google).

El cielo estaba a punto de reventar en Turín. Eran las seis de la tarde y Cesare llevaba un abrigo negro y caminaba melancólico hacia la estación... Esa tarde el poeta y narrador pensaba viajar, alejarse... pero al levantar la cabeza vio el letrero del hostal Albergo Roma y decidió entrar.
Pidió una habitación con teléfono. El autor de “El Oficio de Vivir” tenía 42 años. Pavese tomo el teléfono y, como un amante que sabe que el tiempo no se curva y no alcanza, llamó a varias amigas, una tras otra, para que al menos una lo acompañara...pero sucesivamente no contestaron... a ninguna se le vió llegar... pero no estuvo solo...

Su vida y obra.

El asmático Pavese nació en 1908 en la localidad de Santo Stefano Belbo, al Norte de Italia. Estudia filología inglesa en la Universidad de Turín y se licencia con una tesis sobre Walt Whitman.
Más tarde se dedica a traducir a notables escritores norteamericanos, como Gertrude Stein, John Steinbeck y Ernest Hemingway. Además traduce “Moby Dick”, de Herman Melville, y “La Risa Negra”, de Sherwood Anderson.
Hacia 1939, Pavese se lanza a la narrativa y a escribir ensayos, con notable repercusión y exito, a pesar de la censura del fascismo imperante del Duce, Benito Mussolini. Incluso forma parte de la resistencia antifascista.
Las mejores y más conmovedoras páginas de Pavese se encuentran en su diario “El Oficio de Vivir”, publicado por primera vez en italiano en 1952.
En su libro “Diálogos con Leuco”, Pavese expone 26 diálogos breves de dioses y héroes de la Grecia clásica, de Eros y Tanatos a Aquiles y Patroclo... los que son invitados a discutir la relación entre el hombre, la naturaleza y la irrevocable condena de la muerte.
Pavese fue uno de los fundadores de la Editorial Einaudi, en la que permaneció como editor hasta pocos días antes de su desaparición.
Quizás nunca obtuvo la confianza del amor, ya que en Noviembre de 1937 escribe en su diario: “Recuérdese que hacer poesías es como hacer el amor: Nunca se sabrá si la propia alegría es compartida”.
A fines de 1940 ningún libro lo atrapaba como antes, nada podía convertirse en material para la prosa o la poesía. Ya el 13 de septiembre de 1946 escribe en “El Oficio de Vivir. (...) ya no siento la vida como un descubrimiento”. La belleza suprema no es sólo la naturaleza para Pavese, sino también la mujer. “Cada mujer mete en nuestra sangre algo nuevo, pero todas desaparecen en este empeño y nosotros, renovados de esta forma, somos los únicos que permanecemos”, escribió Pavese en una playa a la que solía ir en los veranos a contemplar a mujeres que luego se pierden en el mar. Pero a Pavese también le atraían los "Ojos de la Muerte". Un día miércoles después de una larga pesadilla, el escritor italiano saltó a su mesa a escribir: “No es verdad que la muerte nos llegue como si se tratara de una experiencia frente a la cual todos somos novicios. Todos, antes de nacer, ya estábamos muertos".

El descubrimiento de saberse vivo, el asombro, la exacerbación de los sentimientos, el goce que produce la existencia y el pasmo frente a la masacre de la guerra y el insomnio hacen que el acto de escribir sea una condena. La manía de la autodestrucción lo persiguió como una sombra. El enamorado de la vida se fue alejando poco a poco de la tierra. El placer de disfrutar del silencio lo atrajo más que el zumbido de los versos. El suicida, ¿Es un héroe mítico, un fabulador de las angustias de la vida, un impostor o una lacra buscando su propia embriaguez?.

Aquella tarde del 27 de agosto 1950, antes de entregarse a la muerte, Pavese recordó los versos de su último poemario “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”, donde escribe:“Esta muerte que nos acompaña desde el alba a la noche, insomne, sorda, como un viejo remordimiento...”.

Los frascos de barbitúricos reposaban íntegros en el velador. Las amigas que Pavese telefoneó aquella tarde nunca contestaron... ninguna llegó al hostal... pero no estuvo solo... un gato negro que no mostró sus ojos... escapó por la ventana... despedirse estaba de más...

muerte.murder@gmail.com
Mapuche Araucano

9 comentarios:

Beatriz Pérez dijo...

El oficio de vivir es un excelente libro en el que Pavese no sólo nos habla de la poesía y el arte, sino de toda una filosofía de la vida: la mujeres, el sexo, la muerte, el pecado, el suicidio y demás cosas que validan la calidad del libro.

Anónimo dijo...

Hay libros que todo poeta debería leer, tener siempre a mano: "El oficio de vivir", de Cesare Pavese"; "El libro del desasosiego", de Fernando Pessoa; "El crack-up" de Scott Fitzgerald; "La tumba sin sosiego",de Cyril Connolly;los fragmentos dispersos de Walter Benjamin. Hay otros, cada uno tendrá los suyos. Pero aún teniéndolos, estos que mencionamos son imprescindibles para intentar saber que el ofico de vivir está íntimamente ligado al oficio de poeta. Y se debe estar preparado para esa realidad. Gary Vila Ortiz. Rosario. Argentina.

Anónimo dijo...

¿Puedo agregar unas líneas mas? "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos...". Se han hecho varias conjeturas sobre el suicidio de Pavese.Ignoro si importan demasiado.Hay desgastes interiores de los queno conocemos nada. En estos libros se percibe,se intuye.Pero se sabe que si la poesía se vive con la intensidad de Pavese todo comienza a dar asco y se llega al final. Me pregunto, claro, si yo, un hombre de 74 años, tiene derecho a escribir estas palabras. No lo sé. Tal vez no quiera saberlo. Gary Vila Ortiz. Rosario. Argentina.

Anónimo dijo...

Cesare Pavese. Decía en alguna página del "Oficio de poeta": "Hablar. Las palabras son nuestro oficio. (...) Las palabras son tiernas, intratables y vivas, pero hechas para el hombre y no el hombre para ellas.(...) Se hace necesario volver a llevar a las palabras a la sólida y desnuda limpieza de cuando el hombre las creaba para servirse de ellas".(1945). Pavese lo logró, pero algo en él debe haber pensado que no fue asi, aunque su lectores pensemos de otra manera. Hay que mirar la obra de Pavese, en especial sus`poemas, sus cuentos y su oficio de poeta que fue su oficio de vivir, desde ese momento en que la muerte llegó y "tuvo tus ojos". Hay más dolor que explicación. No llegaremos nunca a saberlo, y creo que deberíamos desentrañar ese laberinto. Gary Vila Ortiz. Rosario. Argentina

Anónimo dijo...

Eugenio Castelli, un amigo de aquí, Rosario, ya muerto,que había escrito un libro sobre Pavese premiado en Italia, el sostenía que Pavese se había suicidado por problemas en el amor. Si uno lo lee con atención su relación con las mujeres no era sencilla. Pero creo que se trata, ante todo, que Pavese no quería hacer trama en nada, ni su vida como poeta, ni ensu oficio de vivir, ni en el amor.Si se lee ese libro que motiva esas líneas, Pavese se ingada hacia límites inalcanzables e incluso son muchas las páginas dedicadas a repasar lo escrito en el pasado si se contradice con el presente. Pavese no parece haber hecho trampas en su vida. En una forma tal que le puede haber producido un constante desgarramiento. Todos hacemos trampas. O la gran mayoría. Nos gusta encontrar alguien como él que no las hacía. Gary Vila Ortiz. Rosario. Argentina. (Una disgresión que puede serles útil dada su prolijidad en este sitio. En el 2008 yo no tenía computadora. El mensaje mío que ustedes registran en ese año es del 2010). Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Siempre, de distintas formas, detrás de la lectura del "Oficio de vivir" hay historias de amor. No es posible que resulte de otra manera. Lo más probable es que Pavese llegara al suicidio por cuestiones del amor. Ya lo dije en alguno de los cuatro comentarios que escribí en este sitio. Pero los comentarios nuevos que intente mandar, la maquinita esta, que poco tiene que ver con el amor y mucho menos con Pavese, me los rechazo. Si por azar, ese que ningún juego de dados podrá abolir, la seguridad es de Mallarmé, no mía, se acepta este, pues bien, mandaré un poema de Pavese que creo les gustará. Gary Vila Ortiz. Rosario. Argentina.

Anónimo dijo...

Esta historia de Mapuche Araucano y Betty comenzó, para mí, que no los conozco, en febrero del 2007. Tres años del siglo que vivimos no sé bien si son tremendamente cortos o ferozmente largos. Aunque ya no se habla demasiado de la aceleración del tiempo de la historia, eso existe. Como el poema de Pavese que es para ustedes si aún están donde deben estar. El poema tiene título en inglés y está escrito en ese idioma. Pavese se encontraba en la tradición de Kavafis y Pessoa, entre otros, que hacían lo mismo. Conservaré el título de original del poema de Pavese, pero el texto fue traducido a pie de página por Rodolfo Alonso. "Last blues, to be read some day". Y dice así: "Fue síolo un flirt/ seguro lo sabías /alguien fue dañado/hace mucho tiempo/todo es lo mismo/el tiempo/ se ha ido/ un día viniste /un día morirás./ Alguién hha muerto/ hace mucho tiempo / alguien que trató /pero no supo". Gary Vila Ortiz. Rosario. Argentina.

Anónimo dijo...

Esta primera década del siglo XXI se está pareciendo demasiado a la del siglo XX. Parece que nos damos cuenta de todo y creo que no entendemos hacia dónde vamos. ¿Tendremos un 1914 para despertar?Creo que no. Cesare Pavese, pese al suicidio, se da cuenta. "Quien no sabe ser feliz aquí y ahora, no lo será nunca. Y escribir, aunque sea combatiendo, quiere decir ser feliz. El escritor que no está contento con su trabajo en los días que le ha tocado vivir, no es escritor." La historia de los más lúcidos parece no ser feliz. Gary Vila Ortiz. Rosario. Argentina.

Anónimo dijo...

Creo ignorarlo todo, menos que al amor es sabiduría. También la amistad. Cesare Pavese era sabio. ¿Tal vez por eso se mató? Quiero pensar que no. Cada vez me quedan menos lugares donde intentar esa comunicación con Internet sigiada, en estos momentos por la incomunicación. Gary Vila Ortiz. Rosario. Argentina.